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La ciudad y los peatones: manual de espacio público pensado para el peatón / Asociación de peatones de Quito

Por: Colaborador(es): Tipo de material: TextoTextoQuito: Fondo Ágil, 2008Edición: Primera ediciónDescripción: 57 páginas: ilustraciones; 21 cmTipo de contenido:
  • texto
Tipo de medio:
  • no mediado
Tipo de soporte:
  • volumen
Tema(s): Clasificación CDD:
  • 711.4 C581c 2008
Contenidos parciales:
Los peatones y los carros - Los cruces - Las aceras - Las vías y los peatones - Redes peatonales y verdes
Resumen: Hubo un momento en la historia de las urbes en que los peatones perdimos nuestro derecho a la ciudad. El espacio público otrora el espacio del desarrollo de las actividades comunitarias, se transformó en espacio de circulación vehicular. Las otras funciones del espacio público quedaron minimizadas y trataron de solventarlas creándole espacios especializados. Hubo un momento en que se llegó al extremo de especializar por zonas las diferentes funciones urbanas. Se fomentó y se experimentaron nuevas ciudades con zonas de residencia, zonas industriales, zonas de comercio, zonas de trabajo, y zonas de recreación, vinculadas entre sí por vías. Pero sobre todo hubo muchas intervenciones de renovación en función de dar cabida a los autos y a la circulación vehicular, destruyendo grandes núcleos históricos, perdiendo el sentido de espacio social del espacio público y con ello marcar la tendencia del desarrollo de las nuevas áreas urbanas. Las ciudades crecieron y crecieron, se poblaron con suburbios y nuevos barrios en donde el espacio público estuvo destinado en su mayor parte a la “rápida circulación” vehicular. Y se lo sigue haciendo. Tanto así este modelo de ciudad está vigente y tan metido en la cabeza de planificadores, autoridades, técnicos, medios de comunicación, académicos, estudiantes, ciudadanos comunes y corrientes, que es muy difícil romper este esquema. Las ordenanzas nos obligan a dejar el mayor espacio para la circulación vehicular y lo mínimo para el peatón, incluso para calles locales. Se piensa tan solo en la circulación, y de acuerdo a eso lo lógico es que los peatones necesitamos menos espacio para circular porque ocupamos menos espacio. Se extienden las urbes a zonas lejanas y se crean grandes vías para ello. Es la lógica del automóvil, es la pérdida de la escala humana.
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Tipo de ítem Biblioteca actual Signatura Copia número Estado Fecha de vencimiento Código de barras
Libro Libro Juan Montalvo Sala general 711.4 C581c 2008 (Navegar estantería(Abre debajo)) Ej.1 Disponible 00013672

Los peatones y los carros - Los cruces - Las aceras - Las vías y los peatones - Redes peatonales y verdes

Hubo un momento en la historia de las urbes en que los peatones perdimos nuestro derecho a la ciudad. El espacio público otrora el espacio del desarrollo de las actividades comunitarias, se transformó en espacio de circulación vehicular. Las otras funciones del espacio público quedaron minimizadas y trataron de solventarlas creándole espacios especializados. Hubo un momento en que se llegó al extremo de especializar por zonas las diferentes funciones urbanas. Se fomentó y se experimentaron nuevas ciudades con zonas de residencia, zonas industriales, zonas de comercio, zonas de trabajo, y zonas de recreación, vinculadas entre sí por vías. Pero sobre todo hubo muchas intervenciones de renovación en función de dar cabida a los autos y a la circulación vehicular, destruyendo grandes núcleos históricos, perdiendo el sentido de espacio social del espacio público y con ello marcar la tendencia del desarrollo de las nuevas áreas urbanas. Las ciudades crecieron y crecieron, se poblaron con suburbios y nuevos barrios en donde el espacio público estuvo destinado en su mayor parte a la “rápida circulación” vehicular. Y se lo sigue haciendo. Tanto así este modelo de ciudad está vigente y tan metido en la cabeza de planificadores, autoridades, técnicos, medios de comunicación, académicos, estudiantes, ciudadanos comunes y corrientes, que es muy difícil romper este esquema. Las ordenanzas nos obligan a dejar el mayor espacio para la circulación vehicular y lo mínimo para el peatón, incluso para calles locales. Se piensa tan solo en la circulación, y de acuerdo a eso lo lógico es que los peatones necesitamos menos espacio para circular porque ocupamos menos espacio. Se extienden las urbes a zonas lejanas y se crean grandes vías para ello. Es la lógica del automóvil, es la pérdida de la escala humana.

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