Biblioteca UISEK

Catálogo en línea

Eduardo Kingman / editor Hernán Rodríguez Castelo

Colaborador(es): Tipo de material: TextoTextoQuito : La manzana verde, 1985Descripción: 253 páginas : ilustraciones; retratos; fotografías 32 cmTipo de contenido:
  • texto
Tipo de medio:
  • no mediado
Tipo de soporte:
  • volumen
ISBN:
  • [Sin ISBN]
Tema(s): Clasificación CDD:
  • 709.9866 K549ed 1985
Resumen: En Kingman, del más temprano al último/ impresiona la rica humanidad. Todo lo humano le merece una mirada tierna, compasiva -en el sentido más hondo de co-pasión: unirse a sus pasiones, participar entrañablemente de ellas-, solidaria, atisbadora de lo bueno y lo bello que hay hasta en lo al parecer más miserable y abatido de lo humano. De esa rica humanidad se parte para enraizarse, para construir críticamente, para ahondar. Y nunca se pierde contacto con ese lugar de origen. Por eso Kingman jamás fue esquemático -en su obra visceral-; por eso nunca -ni en su hora de ensayos en busca de dinamizar el espacio- abandonó la figura humana y la figura de lo que al humano rodea y el humano ama. (En medio de los violentos trazos con que pobló el espacio en su breve paréntesis experimental estaban niños asombrados). Para Kingman crear era acto de amor, de devoción a lo humano. Lo ponía en diálogo con esos hermanos suyos cuyas miserias le dolían y cuya nobleza -a veces recóndita debajo de abyectas costras sociales- admiraba. Acaso conjugada esta clave con las otras no sugiera que a las canteras auténticas de lo sacro solo llegan mineros de lo humano. Y acaso esto emparente con la grave admonición de los libros sagrados de que quien no ama a su hermano, a quien ve, cómo amará a Dios, a quien no ve.
Etiquetas de esta biblioteca: No hay etiquetas de esta biblioteca para este título. Ingresar para agregar etiquetas.
Valoración
    Valoración media: 0.0 (0 votos)
Existencias
Tipo de ítem Biblioteca actual Signatura Copia número Estado Fecha de vencimiento Código de barras
Libro Libro Juan Montalvo Sala general 709.9866 K549ed 1985 (Navegar estantería(Abre debajo)) Ej.1 Disponible 00009453

En Kingman, del más temprano al último/ impresiona la rica humanidad. Todo lo humano le merece una mirada tierna, compasiva -en el sentido más hondo de co-pasión: unirse a sus pasiones, participar entrañablemente de ellas-, solidaria, atisbadora de lo bueno y lo bello que hay hasta en lo al parecer más miserable y abatido de lo humano. De esa rica humanidad se parte para enraizarse, para construir críticamente, para ahondar. Y nunca se pierde contacto con ese lugar de origen. Por eso Kingman jamás fue esquemático -en su obra visceral-; por eso nunca -ni en su hora de ensayos en busca de dinamizar el espacio- abandonó la figura humana y la figura de lo que al humano rodea y el humano ama. (En medio de los violentos trazos con que pobló el espacio en su breve paréntesis experimental estaban niños asombrados). Para Kingman crear era acto de amor, de devoción a lo humano. Lo ponía en diálogo con esos hermanos suyos cuyas miserias le dolían y cuya nobleza -a veces recóndita debajo de abyectas costras sociales- admiraba. Acaso conjugada esta clave con las otras no sugiera que a las canteras auténticas de lo sacro solo llegan mineros de lo humano. Y acaso esto emparente con la grave admonición de los libros sagrados de que quien no ama a su hermano, a quien ve, cómo amará a Dios, a quien no ve.

Arquitectura

No hay comentarios en este titulo.

para colocar un comentario.

Con tecnología Koha