Difícil es imaginar para el extranjero lo que son los altos valles andinos del Ecuador. Si alguna descripción cabe ensayar, sería como viajar de Nueva York a Washington o, de París al Canal de la Mancha. Más o menos trescientos kilómetros de distancia y tener a los lados una hilera de casi treinta volcanes. A este paisaje de grandes elevaciones, el célebre científico alemán: Alexander Von Humboldt lo bautizó como: “La Avenida de los Volcanes”