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El derecho y el revés : diálogo epistolar sobre leyes, abogados y jueces / Alejandro Nieto ; Tomás Ramón Fernández

Por: Colaborador(es): Tipo de material: TextoTextoFecha de copyright: Barcelona : Ariel, copyright, 2010Edición: Primera ediciónDescripción: 268 páginas : 21 cmTipo de contenido:
  • texto
Tipo de medio:
  • no mediado
Tipo de soporte:
  • volumen
ISBN:
  • 9788434411838
Tema(s): Clasificación CDD:
  • 340 N667d 2010
Contenidos parciales:
El derecho como dialogo y consenso - Sobre los abogados, intentando explicar las aparentes contradicciones de su oficio - Derecho somos todo - Sobre la ley y sus sicofantes - Acuerdos y puntualizaciones - Sobre los jueces y sobre las varias sentencias contradictorias jurídicamente correctas - Sobre la formación de los juristas españoles - Santo Palo - Sobre lo que hay detrás de las cartas anteriores.
Resumen: El libro está formado por un intercambio de cartas entre dos profesores de Derecho Administrativo, y del contenido de las mismas se desprende que son bueno amigos. El sentido de éstas es exponer al otro sus puntos de vista en determinados aspectos del Derecho, que en muchas ocasiones parecen diametralmente opuestos pero que con el transcurso de la correspondencia se demuestra que no son tan distintos como en un principio puede parecer. El libro está escrito en un tono coloquial, lejos de la solemnidad que se encuentra en los producidos en las universidades. Las cartas hablan habitualmente del oficio de jurista, lo que ayuda a entenderlo y valorarlo. El libro comienza con una Lección Magistral de Don Alejandro Nieto en la Universidad Carlos III, en la que asegura no haber descubierto todavía lo que es el Derecho, hace una crítica al positivismo, al Poder Constitucional, al sistema legal actual, a los jueces, nos predice el final del concepto de derecho de la ilustración, critica la dificultad que todo esto crea a jueces y profesores y termina con una exposición de intenciones propias, en la que dice aspirar a ser un jurista justo. Ante esta crítica tan amplia, el profesor Tomás Ramón Fernández reacciona criticando (incluso enojado) el tono tan pesimista que Alejandro Nieto ha impreso al Derecho actual y proponiéndole para que salga de esa angustia que parece producirle el no saber muy bien qué es el derecho que lo examine desde un punto de vista más modesto, tratando al Derecho como un conjunto de herramientas que el jurista dispone para aproximarse a la justicia, y que entienda el Derecho como un diálogo en el que el juez medirá de forma imparcial los motivos de cada uno. Alejandro Nieto contesta en otra carta que lo único que él pretendía es averiguar que es lo que hace él en la vida y buscarle un sentido. Nos dice también que la idea de Derecho del profesor Tomás Ramón es la unión de técnica jurídica más Derecho más Justicia y que a él esa idea no le convence en exceso ya que la función del abogado es ganar pleitos, se haga o no justicia. Basa su escepticismo en el Derecho actual en la univocidad de la Ley y en la solución normativa correcta y propone como solución suprimir este dogma. En la siguiente carta, Don Tomás Ramón acepta que están de acuerdo en que no hay que aceptar a la ley como solución anticipada y unívocos de los conflictos a los que su texto se refiere. Expone además que ahí es cuando entran en juego los distintos operadores jurídicos, descubriendo sus insuficiencias, y proponiendo una vez más el diálogo social generalizado como Derecho En la siguiente carta el profesor Alejandro Nieto ahonda más aún en la idea de que hay que desmitificar a la ley, reservándole, eso sí, un papel importante debido a su utilidad. También somete a debate al Ordenamiento jurídico, del que dice que se entiende como una piña de leyes, jurisprudencia y principios generales del Derecho, lo que deja fuera la idea de Derecho como diálogo, que ellos proclaman. Justifica así que todo lo que había dicho anteriormente de la ley lo traslade ahora al Ordenamiento jurídico con algunas puntualizaciones, y lo define como “una macedonia en la que flotan algunos fragmentos legales que casi cuesta identificar. En su respuesta, Tomás Ramón Fernández señala los acuerdos a los que han llegado, que son “bajar a ley de los altares”, aunque advierte que el no está dispuesto a renunciar al principio de legalidad. Recuerda también un dato capital que Alejandro Nieto parece haber pasado por alto al examinar el Ordenamiento que es la jerarquía de las normas. Con esto se vuelve a producir un enfrentamiento ya que él no cree que haya que desterrar la ley, sino que una vez desmitificada, la ley sigue siendo imprescindible, y sobre todo, porque él defiende el Ordenamiento jurídico porque es una forma que tienen los jueces para entrar en el “club” de creadores de normas. Alejandro Nieto contesta en otra carta que no puede por ningún medio salvar el principio de legalidad y añade nuevos elementos al debate: La incidencia de la ley sobre el comportamiento e todos sus destinatarios; fundamentalmente, los ciudadanos, los funcionarios, la Administración y los jueces.
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Tipo de ítem Biblioteca actual Colección Signatura Copia número Estado Fecha de vencimiento Código de barras
Libro Libro Juan Montalvo Sala general Col. General 340 N667d 2010 (Navegar estantería(Abre debajo)) Ej.1 Disponible 00012486

Incluye índice

El derecho como dialogo y consenso - Sobre los abogados, intentando explicar las aparentes contradicciones de su oficio - Derecho somos todo - Sobre la ley y sus sicofantes - Acuerdos y puntualizaciones - Sobre los jueces y sobre las varias sentencias contradictorias jurídicamente correctas - Sobre la formación de los juristas españoles - Santo Palo - Sobre lo que hay detrás de las cartas anteriores.

El libro está formado por un intercambio de cartas entre dos profesores de Derecho Administrativo, y del contenido de las mismas se desprende que son bueno amigos. El sentido de éstas es exponer al otro sus puntos de vista en determinados aspectos del Derecho, que en muchas ocasiones parecen diametralmente opuestos pero que con el transcurso de la correspondencia se demuestra que no son tan distintos como en un principio puede parecer. El libro está escrito en un tono coloquial, lejos de la solemnidad que se encuentra en los producidos en las universidades. Las cartas hablan habitualmente del oficio de jurista, lo que ayuda a entenderlo y valorarlo. El libro comienza con una Lección Magistral de Don Alejandro Nieto en la Universidad Carlos III, en la que asegura no haber descubierto todavía lo que es el Derecho, hace una crítica al positivismo, al Poder Constitucional, al sistema legal actual, a los jueces, nos predice el final del concepto de derecho de la ilustración, critica la dificultad que todo esto crea a jueces y profesores y termina con una exposición de intenciones propias, en la que dice aspirar a ser un jurista justo. Ante esta crítica tan amplia, el profesor Tomás Ramón Fernández reacciona criticando (incluso enojado) el tono tan pesimista que Alejandro Nieto ha impreso al Derecho actual y proponiéndole para que salga de esa angustia que parece producirle el no saber muy bien qué es el derecho que lo examine desde un punto de vista más modesto, tratando al Derecho como un conjunto de herramientas que el jurista dispone para aproximarse a la justicia, y que entienda el Derecho como un diálogo en el que el juez medirá de forma imparcial los motivos de cada uno. Alejandro Nieto contesta en otra carta que lo único que él pretendía es averiguar que es lo que hace él en la vida y buscarle un sentido. Nos dice también que la idea de Derecho del profesor Tomás Ramón es la unión de técnica jurídica más Derecho más Justicia y que a él esa idea no le convence en exceso ya que la función del abogado es ganar pleitos, se haga o no justicia. Basa su escepticismo en el Derecho actual en la univocidad de la Ley y en la solución normativa correcta y propone como solución suprimir este dogma. En la siguiente carta, Don Tomás Ramón acepta que están de acuerdo en que no hay que aceptar a la ley como solución anticipada y unívocos de los conflictos a los que su texto se refiere. Expone además que ahí es cuando entran en juego los distintos operadores jurídicos, descubriendo sus insuficiencias, y proponiendo una vez más el diálogo social generalizado como Derecho En la siguiente carta el profesor Alejandro Nieto ahonda más aún en la idea de que hay que desmitificar a la ley, reservándole, eso sí, un papel importante debido a su utilidad. También somete a debate al Ordenamiento jurídico, del que dice que se entiende como una piña de leyes, jurisprudencia y principios generales del Derecho, lo que deja fuera la idea de Derecho como diálogo, que ellos proclaman. Justifica así que todo lo que había dicho anteriormente de la ley lo traslade ahora al Ordenamiento jurídico con algunas puntualizaciones, y lo define como “una macedonia en la que flotan algunos fragmentos legales que casi cuesta identificar. En su respuesta, Tomás Ramón Fernández señala los acuerdos a los que han llegado, que son “bajar a ley de los altares”, aunque advierte que el no está dispuesto a renunciar al principio de legalidad. Recuerda también un dato capital que Alejandro Nieto parece haber pasado por alto al examinar el Ordenamiento que es la jerarquía de las normas. Con esto se vuelve a producir un enfrentamiento ya que él no cree que haya que desterrar la ley, sino que una vez desmitificada, la ley sigue siendo imprescindible, y sobre todo, porque él defiende el Ordenamiento jurídico porque es una forma que tienen los jueces para entrar en el “club” de creadores de normas. Alejandro Nieto contesta en otra carta que no puede por ningún medio salvar el principio de legalidad y añade nuevos elementos al debate: La incidencia de la ley sobre el comportamiento e todos sus destinatarios; fundamentalmente, los ciudadanos, los funcionarios, la Administración y los jueces.

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